Berrocal también conserva dos aljibes. Además tiene un pequeño conjunto etnográfico compuesto por un molino, junto al río Viejo, una fragua y un potro de herrar, estos dos en el pueblo. El molino se encuentra en un paisaje pintoresco, muy ameno cuando corre el agua por el río y el caz. Recientemente se ha arreglado la cubierta, salvando la maquinaria a la espera de una restauración. Es de propiedad comunal y en él tenían derecho a moler todos los vecinos del pueblo. La fragua también conserva sus elementos y herramientas. El potro, con sus cuatro pilares de granito, servía para sujetar al animal que iba a ser herrado, evitando que pudiera dañar al herrero. La fuente de la Nava se encuentra en un paraje recóndito, rodeado de encinas, entre Berrocal y La Cuesta. Una tradición del pueblo dice que aquí estuvo el despoblado de Caserones. Algunos restos de muros parecen darle verosimilitud. Siguiendo la misma tradición, parece ser que la propia fuente fue la causa de la desaparición de la aldea, ya que se corrompió el agua un día en el que se celebraba una boda. Al beber de ella, todos los asistentes murieron. Tan sólo se salvó una vieja cuya enfermedad la había dejado en su casa.